Esta pieza es la inauguración de un viaje en el que, hasta ahora, había dado tan solo pequeños pasos.
Durante algunas semanas jugué con la idea de hacer un pequeño homenaje al pasado año 2022, y decidí tomar como inspiración uno de sus mejores momentos: sentado junto a mi esposa frente a las aguas del lago Pirihueico, en Puerto Fuy.
En primera instancia, pensé en recrear una escena de alguno de mis juegos favoritos, en una suerte de cosplay, donde ambos tomaríamos el papel de alguno de los personajes en una recreación que sería lo más fidedigna posible a la original. Claro, lo primero que vino a mi mente fue The Legend of Zelda: Link’s Awakening, el cuarto juego de la serie, lanzado en 1993 para la Nintendo Game Boy. Con su paleta de colores reducida y su pequeña resolución, era perfecto para establecer un marco de trabajo que no resultara abrumador (las paletas de más de 16 colores me asustan).
Por supuesto, la escena que elegí fue Marin y Link, sentados frente al mar. Calma, una mirada furtiva, y unas breves palabras que resuenan en el silencio prolongado que les prosigue.
Sin embargo, a medida que realizaba el bosquejo, la máquina de los recuerdos comenzaba a funcionar, y lo que alguna vez había sido la recreación de una icónica escena de un videojuego, ahora se transformaba en algo más fiel a la realidad.
Ya no eran dos personas disfrazadas de personajes de fantasía, sentados sobre un tronco en una playa ficticia. Las palmeras habían pasado a formar un enorme y frondoso árbol, y las gaviotas habían emprendido vuelo ante la llegada de un bosque en medio de las montañas. Incluso había incluido una referencia personal en la forma de un perro tomando un baño en la orilla del lago, que aquel día nos acompañó por unos momentos mientras admirábamos el paisaje.
De la idea original ya casi nada quedaba, excepto dos personas sentadas mirando al horizonte, disfrutando cada uno de la compañía del otro. Ok, quizás también el patrón de la arena de la playa.
Fuera de bromas, en reiteradas ocasiones he pensado en cuál es mi lugar favorito, y no es que haya visitado muchos; sin embargo, cada vez que lo hago, siento que puedo elegir un montón de ellos, y termino poniéndolos como una imagen de fondo sobre una constante: mi esposa y yo.
Por este motivo, la canción que elegí para acompañar esta pieza puede resultar un tanto contradictoria: una plegaria para ser abducido, susurrada desde las profundidades de una realidad oscura y contaminada.
Y es que, si pudiera enviarle una carta a mi antiguo yo, le contaría que a casi 11 años de haber escuchado esa canción por primera vez, efectivamente, alguien nos rescató y nos llevó a un mejor lugar.
Metadata
Paleta: Link’s Awakening (SGB)
Tamaño: 160x144 (resolución Game Boy)
Software: Aseprite